top of page

Mi historia de corredora ha sido una historia de amor y desamor en toda regla, pero en todo momento apasionante.

 

Lo último que pensé en este vida era correr, puesto que al tener asma bronquial, me costaba mucho tirar de mi peso y la asfixia que me daba me limitaba para ello, pero por AMOR, por agradar, y por que él me dijera campeona... me puse a entrenar.

 

De primeras cada paso era un infierno, los metros parecían alargarse, mis pulmones se cerraban, mi cuerpo recibía tanto ventolin, que el corazón se ponía a mil, y mi cuerpo pesaba tanto que me costaba mucho respirar, las piernas pesaban y dolían, pero poco a poco, seguía y seguía ...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Llegó mi primera carrera, y los nervios de pensar cómo iba yo a hacer 10 kms me invadían y nublaban la mente.

 

Me daba vergüenza pararme y andar, ponerme roja, que me miraran y se rieran, asfixiarme...  todo eran problemas y complicaciones.

 

La hice más lenta que andando, pero la corrí, y empecé a tomarle el gustillo, e hice otra y otra y otra..... pero no veía mejoría, era lenta y pesada, cada vez más, y al no poder cumplir las expectativas que el había puesto en mi, llegó un comentario impactante y doloroso, tanto como para dejar de correr para siempre... y pensé que jamas volvería a ponerme las zapatillas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al poco tiempo las piernas y mi cuerpo pedían movimiento, hasta había perdido peso corriendo!!!

 

Los fines de semana ya no eran lo mismo para mí, me acordaba  de cosas que antes se pasaban desapercibidas para mí, como por ejemplo los nervios antes de la carrera, el hablar de lesiones o de cuánto habías entrenado,  de la gente anónima animandote en cada carrera, del aplauso de los amigos al terminar, y cuando llegaba a meta esa gran satisfacción, esa gran cerveza, jejeje.

 

Así que ahora mi DESAMOR, mi gordura y yo, nos pusimos manos a la obra, a entrenar casi todos los días, con ganas, sin ganas...

 

Empecé a comer sano y a dejar peso, a tomarme de forma más disciplinada esta necesidad que para mi es correr, y aún sabiendo que siempre seré la más lenta de todas, aun sabiendo que seguiré subiendo las cuestas andando, aun sabiendo que nunca me darán un premio, aun sabiendo que llegaré "muriéndome" y que siempre tendré un poco de peso de más... Sé que corriendo me siento VIVA, me siento BIEN, y todos los días me digo a mí misma: eres una corredora con coraje y pasión, y estás rellenita, pero eres una CAMPEONA.

 

Que nunca te quiten un sueño, nadie merece la pena tanto como para renunciar a tus sueños...

 

 

Granada, Septiembre 2.013

 

 

"QUE NUNCA TE QUITEN UN SUEÑO...

 

Relato de una corredora anónima.

© 2013 by Francisco Ruiz. All rights reserved.

bottom of page