
Francisco J. Ruiz Molina
COACH DEPORTIVO en Granada
Porque... mejorar es posible

Todas mis esperanzas, están en mí...
VISITANTE Nº:
La mejor bofetada para este difícil 2.013
De verdad que hacer el relato de esta carrera me va a costar y mucho. La mezcla de emociones y sentimientos es tan brutal, que tan sólo con estar escribiendo ahora mismo tengo el vello de punta. Entiendo que es difícil de comprender para quien no está en mi pellejo, pero desde luego no lo es para mí.
Afrontaba esta maratón, la 3ª en año y medio, no como una carrera, no como otra maratón más. Para mí era la oportunidad de demostrarme muchas cosas, la principal, que no dejaré que las circunstancias de mi vida me derroten, como ocurre con el maratón. Sabía que cada km que me acercara al 42 sería un recuerdo de acontecimientos vividos en este duro año para mí. Sabía que cada kilómetro que dejara atrás era una victoria ante cada uno de esos acontecimientos tan duros y difíciles por los que he pasado. Sabía que debía cruzar la meta para vencerlos, pero con eso no bastaba...
Y no bastaba por que para mí este año ha de ser, y será, mi punto de inflexión como persona, como profesional y como padre y esposo. Y lo ha de ser independientemente de lo que piensen los demás, lo ha de ser por mí y por quienes me rodean, pero sobre todo por mí, pues si yo me siento feliz y pleno, podré transmitir esas mismas cualidades a quienes comparten conmigo mi día a día. Y a quien no le guste mi ritmo, que no me siga y haga su propia carrera...
Lo cierto es que ya desde semanas atrás estuve muy nervioso y centrado en esta carrera. He estado las 4 semanas previas llevando una dieta muy controlada y basada en carbohidratos y proteinas, eliminando grasas inútiles. No he buscado perder peso, sino definir y llegar fuerte al 8 de diciembre.
Todos los test realizados me decían que podía cumplir mi sueño de bajar de las 3h.15min. pero a mi eso no me bastaba. Y no me era suficiente porque yo quería hacer algo más grande, quería darlo todo y llegar a meta diciendome a mi mismo, te has vaciado campeón y ahí tienes tu recompensa. Mi mister, el gran Francisco Román González también me decía que estaba para bajar de 3h.15min. pero yo creo que ni él si imaginaba lo que ocurriría luego en meta. Gracias Paco por tus consejos y por tu saber entrenarme :).
Le di 20.000 vueltas a la estrategia a seguir en carrera, pero sólo cuando llevaba 1km recorrido me di cuenta de qué es lo que debía hacer...era tan simple como correr tal y como lo estaba haciendo.
Mi compañero de club y amigo Ramón Olmedo (que es uno de los tíos más valientes que he conocido en esto del running) quiso salir conmigo y hacer la carrera juntos, aun habiendo entrenado para un ritmo más lento, pero tiene tanta clase que pudo hacerlo.
Nada más salir nos pusimos a ritmos de 4:20/4:25, y es que este maratón es ideal en casi todo, pocos corredores, no llegaban a 2.000, amplias calles y precioso ambiente. Que en un maratón al kilómetro puedas decir que ya estás colocado en tu sitio y con la cadencia de ritmo que deseas es todo un privilegio.
Lo que ocurrió en Málaga para mi no tiene nombre. Yo no soy un corredor de llevar un mismo ritmo de principio a fin, siempre he reventado cuando lo he intentado, pero había algo dentro de mi que me decía que podía soñar con bajar de las 3h.10min. en meta y para ello sólo podía correr de esa manera, a esos ritmos desde el inicio. Fui valiente, busqué ese giro en mi vida, en mi correr, en mi mente, y cogí ese ritmo, devorando corredores desde el primer kilómetro. Es curioso pero en todo el maratón no me adelantaron más de 5 o 6 personas y muchas de ellas en la recta final de meta cuando yo me dejé llevar por el cansacio pero sobre todo por la mezcla de emociones que estaba viviendo en ese momento y que apenas si me dejaban pensar en cómo dar zancadas...
A los 3 kilómetros y sin yo buscarlo formé un grupo de unos 15 atletas que me seguían como si de su coach se tratara. Con mi amigo Ramón siempre a mi vera, pero con todo un ejército de corredores con los que rapidamente empaticé y que iban muy agusto a mi ritmo, yo siempre marcando lo que sería el camino hacia mi gloria.
El running es tan bonito, que hasta en un maratón te da tiempo a conocer a otra gente, a corredores que como yo comparten contigo la misma ilusión, a personas que de otras ciudades y a los que nunca has visto, se interesan por ti y por tus sueños.
Esos primeros 10 kilómetros se me hicieron tan llevaderos. Mis piernas me decían que no pasaba nada, que no había corrido aún, iba fresco como las rosas, iba confiado, iba super motivado, pero sobre todo iba muy emocionado.
Ramón y yo seguíamos alimentando nuestras ilusiones, él algo asustado por el ritmo de carrera que llevábamos, yo prefería no mirar el reloj, sólo lo hacía para controlar las pulsaciones y estas me decian que era factible, que podía y debía continuar así.
Yo no dejaba de aplicarme mis propias técnicas de motivación, la más importante de todas ellas, "si has entrenado para correr a estos ritmos no has de temerlos, sigue luchando por tu sueño, tú sabes que puedes bajar de las 3h. y 10 minutos, asi que lucha por ello valiente!".
A partir del kilómetro 12 mi cabeza empezaba a pensar en lo que era mi otra gran ilusión ese día...correr junto con amigos que desde Granada se habían desplazado sólo por el hecho de ayudarme en mi sueño. Ahí cobra especial relevancia mi mejor amigo, Gonzalo, que ha vivido esta maratón como si fuera suya. Pero es que el detalle del gran Chinchilla, Jorge Díaz o Venancio, no tiene nombre. Que se desplazaran sólo para ayudarnos, cuando en el caso de Jorge y Venancio estamos hablando de chavales de 17 y 18 años, les hace tan GRANDES...que os juro ahora mismo estoy llorando sólo de escribir esto.
Al paso por el kilómetro 16 el grupo iba perdiendo efectivos. Era como en una etapa clásica del Tour de Francia, yo imponía un ritmo y nos animábamos entre todos para seguirlo, pero las piernas mías no daban tregua y muchos compañeros se iban descolgando.
En ese tramo de carrera, el más duro en perfil, ya que desde allí al paso por la media maratón nos encontrábamos varias subidas y cambios de nivel, mi ritmo lejos de bajar seguía infame, seguía inamovible. Sabía que Gonzalo y su séquito estarían sobre el 19 esperándonos, y eso me daba alas. El paso por calle Larios y el centro de Málaga fue apoteósico, sencillamente espeluznante, tengo que confesar que llegué a llorar entre los aplausos del público, pero no sólo yo, muchos de los que compartíamos esas zancadas iban tremendamente emocionados, tanto que nos marcamos alguno de esos kilómetros por debajo de 4:15...impresionante!!! Mi familia estuvo en el kilómetro 16 y ni me di cuenta!!! Es difícil de explicar, pero es que iba tan emocionado.
Y llegó el gran momento, ese instante donde a lo lejos divisamos a estos 4 figuras, que a partir del kilómetro 20 hicieron que nuestro maratón fuera todo un lujo, porque nos escoltaron tanto a Ramón como a mí, como un auténtico ejercito de valientes soldados defendiendo a sus reyes ... NO TENGO PALABRAS DE AGRADECIMIENTO PARA TODOS ELLOS...espero devolveros algún día este gesto con otro similar, sólo puedo deciros eso.
La calidad de esta foto no es muy alta, pero de momento es la única que tengo de este bárbaro ejército de corredores...QUÉ GRANDES SOYS, no me cansaré de decirlo.
Cuando crucé la línea del medio maratón y miré el crono, me eché las manos a la cabeza, pero no sólo yo, también Gonzalo...1:34:11 !!!!! Sin palabras... iba a una media de 3:08:22 en meta...lo conseguiría?
De ahi al final, muchas cosas, muchas emociones, mucho sufrimiento.... no voy a entrar en muchos más detalles porque eso me lo reservo para el último capítulo del que va a ser mi primer libro como escritor, sí, "Mejorar es posible" saldrá a la luz si todo marcha bien a primeros de año, y será un recorrido muy personal e íntimo en torno al maratón, centrándome mucho en la ilusión de hacer la carrera de mi vida en este pasado Maratón de Málaga. Pero como he dicho, todo eso podréis leerlo con pelos y señales en ese último capítulo de mi libro.
En el kilómetro 35/36 Ramón ya no pudo continuar con el ritmo que mi ejército impuso, y el gran Chinchilla se quedó con él acompañándole en esos infernales úlitmos kilómetros. Yo ahí iba ya muy castigado, creo que las zapatillas no soportaron bien tanto kilometraje y me dolían muchos los 2 pies, a la altura del empeine y metatarsianos, sobre todo el izquierdo, y era todo un sufrimiento cada zancada que daba. Iba perfetamente escoltado, a mi izquierda Venancio casi abrazándome con su cuerpo en cada zancada, a mi derecha el gran Gonzalo mirándome, regañándome, recordandome lo que era un maratón y evitando que hiciera cambios bruscos de ritmo, aléntandome con sus palabras y regulándome como sólo él podía, pues me conoce como nadie. Al frente un inmenso Jorge Díaz, dios que carrerón te hiciste Jorge, fuiste mi liebre, mis ojos solo miraban tus zapatillas, tus zancadas y sólo centraba mis esfuerzos en seguir tus pasos, pero no dejabas de mirar atrás y preguntarme, animarme, sabías perfectamente qué ritmo podías llevar y cual no, cuando aflojar y cuando apretar....es que me emociono, no puedo seguir escribiendo porque las lágrimas inundan el teclado :(
Sufrí muchísimo en esos últimos kilómetros, en especial en el 39 y 40, me acuerdo como les decía a mis compañeros "por favor decirme que el kilómetro 40 está ahi, necesito verlo ya!!!", y eran los 2 chavales, eran las jóvenes promesas del atletismo granadino los que me lo marcaban, los que me lo cantaban... cómo sufrieron conmigo, cómo aprendieron esos 2 portentos en esta carrera, qué labor de equipo, es tan bonito lo que hicieron, QUÉ GRANDESSSSSS!!!!.
Lloré, lloré mucho en los 4 últimos kilómetros, en silencio, para mis adentros, pero estaba dándole una buena bofetada a todo el infortunio sufrido, a todos/as aquellos/as que me han fallado tanto, familia, personas y amigos/as, en este maldito año, y eso me alentaba a seguir luchando, a seguir sufriendo como un "cabrón" (y perdón por la expresión), a seguir corriendo pese a todo a ritmos de 4:20 e inferiores, a seguir adelantando a corredores derrotados camino de la meta... y cuando al fin entramos en el último kilómetro ya era cuestión de morir, y así lo hice. Jorge sabía que podía sacar eso de mí y subió el ritmo y yo detrás de él, con Gonzalo diciéndome cosas tan bonitas... con Venancio emocionado a mi lado llamándome "Grande", buff, no puedo, no puedo seguir escribiendo...
Me acordé también de lo bueno y de las grandes personas que han estado ahí, y que SIEMPRE LLEVARÉ EN MI CORAZÓN, porque en este 2.013, me lo dieron TODO...
A 200 metros de la meta, ellos se retiraron, como queriéndome dejar todo el protagonismo de lo hecho a mí, pero nada más lejos de la realidad, sin vosotros AMIGOS MIOS, ni yo ni Ramón lo habríamos logrado. Sois lo más grande que me ha pasado en este mundo del atletismo, y nunca podré olvidar ese día, esos instantes, esas palabras, ese aliento, ese coger el agua por mí, ese cortarme el viento en carrera, TODOOOOOO...
Os quiero amigos, no sabéis cuanto.
Al final lo logré, si amigos y amigas letores... tiempo neto que me dió la organización 3 horas 8 minutos y 22 segundos... increible... hice las 2 medias maratones exactamente al mismo ritmo.
El tiempo final oficial al paso por meta 3 horas 9 minutos 16 segundos, pero daba igual, bajé de las 3 horas y 10 minutos y me demostré a mí mismo, que MEJORAR ES POSIBLE.
Maratón Cabberty Ciudad de Málaga 2.013












