
Francisco J. Ruiz Molina
COACH DEPORTIVO en Granada
Porque... mejorar es posible

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LA TELEVISIÓN Y EL NIÑO
Estimulación en bebés a través de medios audiovisuales.
The Baby Einstein Company
La inteligencia auditiva se expresa en funciones variadas y asombrosas. El proceso del desarrollo de la inteligencia auditiva es el más complejo. Tiene, sin embargo, la ventaja de que se inicia en la etapa prenatal gracias a numerosos estímulos sonoros, tanto internos como externos.
Los padres del futuro bebé pueden favorecer la buena marcha del proceso suministrando estímulos auditivos a su cerebro de forma sistemática: el habla y la música son las dos fuentes principales. La aplicación diaria de principios y programas adecuados dinamiza el desarrollo de la inteligencia auditiva tanto en la etapa prenatal, como a partir del día del nacimiento del niño.
La estimulación temprana es más importante en el área auditiva que en las demás. Cuanto antes se fomente el desarrollo cerebral, tanto más fácil y perfecto será éste. Pero, en el caso de la inteligencia auditiva, es más urgente porque, muy pronto, los estímulos pierden parte de su eficacia.
En la primera infancia alcanza el grado máximo la capacidad de discriminar sonidos como los fonemas propios de cada lengua y los sonidos musicales. Si no se logra un nivel ideal en esa etapa, hay muchas probabilidades de que no se consiga nunca.
Hoy día, existen algunos medios técnicos-audiovisuales que facilitan esta labor en los padres, pero sin duda alguna, por la eficacia y repercusión mostrada en ambientes educativos, uno de los más sorprendentes es la oferta de productos que representa The Baby Einstein Company.
La facilidad para aprender lenguas no es más que una de las funciones de la inteligencia auditiva. Todos los niños del mundo muestran la inteligencia potencial suficiente para aprender bien su propia lengua. Esta capacidad se desarrolla de forma adecuada en el hogar donde oyen hablar sin cesar desde antes del nacimiento.
Muy pronto, hacia los tres años, empiezan las dificultades para percibir con nitidez fonemas nuevos y, cada día que pasa, el niño tendrá menos posibilidades de llegar a comprender y hablar un nuevo idioma a la perfección. Por eso, es muy importante estimular al bebé con el habla de la lengua o las lenguas que tendrá que estudiar, además de la lengua materna. Así podrá grabar en su cerebro la gama de los fonemas necesarios antes de que sea demasiado tarde. En nuestro libro se sugieren formas de hacerlo aunque los padres y los educadores infantiles no sepan bien una determinada lengua, como la inglesa.
El gran pedagogo musical Suzuki aseguraba que todos los niños podrían llegar a tener un buen oído para la música. Es difícil imaginar el cambio que supondría para una sociedad como la nuestra que todos los miembros de las nuevas generaciones fueran capaces de apreciar los sonidos musicales como son y pudieran reproducir melodías sin desentonar.
Con ser tan importante la música, puede que alguien piense que el fallo puede limitarse al campo musical. No es así. La inteligencia auditiva que incluye la capacidad para discriminar los sonidos musicales es de la misma naturaleza que la necesaria para diferenciar los fonemas sordos de los sonoros de la lengua propia y, sobre todo, los fonemas de otras lenguas. Una persona con pobre oído para la música también lo tiene pobre para las lenguas.
Las claves para la adquisición del oído musical son las mismas que las que determinan el buen oído para las lenguas: cuanto antes, estímulos muy abundantes, estímulos de calidad, a diario.
Ante todo, estimular significa incitar, avivar o invitar a la ejecución de una cosa. Es evidente que no existe un nivel de inteligencia fijo. Este puede ser cambiado y desarrollado por el medio ambiente, especialmente en los primeros años de vida. La estimulación temprana convenientemente manejada puede producir grandes cambios en el funcionamiento del cerebro y el desarrollo mental.
Los cambios en la capacidad mental son mayores en el período donde el cerebro crece con mayor rapidez. A partir del nacimiento el crecimiento es decreciente, en consecuencia conviene estimular aquella capacidad en los niños. En ningún período de su vida, el niño desarrolla con mayor rapidez que durante los primeros años de vida. A los adultos les corresponde alentar o retardar este avance.
Existe un límite de tiempo para la activación fácil de las células cerebrales, pasado el cual se producirán situaciones tal vez irreversibles. Los niños estimulados desde su nacimiento han logrado el mayor desarrollo orgánico y funcional de su sistema nervioso y de sus órganos de contacto y de intercambio con su mundo externo, además, de un equilibrio adecuado en su crecimiento físico, intelectual y emocional.
Conviene dejar sentado, por último, que contrariamente a lo que muchas personas piensan, la estimulación temprana no es una forma de avivar la inteligencia de los niños, únicamente o como único factor importante, es mucho más que eso. La estimulación temprana en última instancia desarrolla la personalidad, involucrando o incidiendo simultáneamente en las tres esferas clásicas: intelectual, bio-psicomotora y socio-emocional; por estas razones se encuentra estrechamente ligada a la alimentación, en primer lugar; a la vida familiar y al ambiente total que rodea al niño y que se exige sea favorable para su normal desarrollo.
¿QUÉ SON LOS PROGRAMAS DE ESTIMULACIÓN TEMPRANA?
Es una manera muy especial de contactar y divertirnos con el niño, siguiendo los ritmos que nos marque, animándole y teniendo fe en sus posibilidades, siendo creativos e imaginativos, inventando cosas nuevas y llevándolas a la práctica observando los resultados.
Es, en definitiva, prevenir y mejorar posibles déficit del desarrollo del niño.
Apuntan a normalizar sus pautas de vida.
Es enseñarle a mostrar una actitud ante las personas, juguetes...es decir, fijar su atención y despertar su interés ante los acontecimientos de la vida.
Es poner los cimientos para facilitar el crecimiento armonioso y saludable, así como para el posterior aprendizaje y personalidad del niño.
Es trabajar en una serie de tareas de una manera constante, pero introduciendo una pequeña novedad. Si no hay suficiente constancia en los aprendizajes, no aprenderá la tarea y se le olvidará rápidamente, y si la novedad es excesiva se va a desconectar y abrumar.
Como conclusión podríamos afirma que es un programa que pretende favorecer la autonomía del sujeto, y lograr un nivel socioeducativo aceptable.
¿QUÉ NO SON LOS PROGRAMAS DE ESTIMULACIÓN TEMPRANA?
No se trata de hacer una tarea mecánica y repetitiva hasta que lo aprenda de memoria. No es, intentar conseguir una respuesta positiva siempre que trabajemos con él, y frustrarnos si no lo logramos, eso lejos de ser estimulante, fomentaría patrones de estrés y competitivas en el bebé, lejanos a cualquier objetivo pedagógico razonable.
Estos programas van dirigidos a la primera infancia, ya que en estas primeras edades se desarrollan y maduran las capacidades fundamentales y prioritarias: área del lenguaje, sensorial, física, psicológica, aunque se llevarán a cabo de una manera global. Es un periodo vital, caracterizado por un potente ritmo evolutivo, donde la capacidad de adaptación del sistema nervioso y del cerebro es un factor determinante para el desarrollo posterior. Por este motivo, se debe posibilitar que las primeras experiencias del niño con el mundo exterior, garanticen el máximo desarrollo global de todas sus capacidades.
Hasta hace poco se tenía al sistema nervioso central, como un sistema relativamente rígido, cuya organización básica cambiaría poco después de las etapas iniciales de maduración y desarrollo. Este concepto está modificándose radicalmente, con especial énfasis en la influencia de dos variables: la edad y el uso y desuso neuronal. El funcionamiento del sistema nervioso central no está asociado exclusivamente al cerebro, pero para que su funcionamiento sea adecuado, es necesario que el cerebro esté intacto. De ahí, que los esfuerzos orientados al desarrollo de la inteligencia concebida como todas las capacidades del niño, deban incluir una preocupación por el desarrollo del cerebro.
El ser humano nace con menos de un tercio de la capacidad cerebral adulta y después del nacimiento, se observa que la corteza y todo el sistema nervioso central crecen rápidamente, por efecto directamente del ambiente y las experiencias recibidas. En el momento del parto, el ser humano que nace trae consigo un cerebro que ha de crecer y desarrollarse con una capacidad potencial que le permitirá establecer los mecanismos adecuados para recibir y manejar los estímulos externos e internos, en una forma mucho más avanzada que el resto de los animales.
La experiencia de vivir interactuando intensamente con el ambiente, es el elemento básico que condiciona el desarrollo cerebral. Aunque el comportamiento instintivo pueda aparecer, incluso en ausencia de experiencias, no sucede lo mismo con la actividad mental superior. La experiencia, el entrenamiento y posteriormente, el material simbólico que el niño recibe a través del lenguaje y la educación, le permitirán ir transformando su estructura y organización cognoscitiva. De esta forma, la calidad de relación del niño con su ambiente durante los primeros años de vida, será determinante, tanto para su desarrollo intelectual como para el desarrollo de los patrones básicos de su personalidad.
Es lógico pensar que en la formación integral del ser humano, los tres primeros años de vida son decisivos para su menor o mayor adaptación al medio. Alrededor de la educación del niño giran un grupo de factores que se dan en el seno de la familia, la escuela y la sociedad. El amor que recibe, la cantidad y calidad de alimentos que ingiere y el ambiente socio-cultural en el que se desenvuelve, juegan un papel de primer orden en la vida del niño pequeño.
Hay que afirmar que el niño es un ser con personalidad propia y como tal necesita una atención específica. Un niño no es, de ninguna manera, un hombre adulto a escala, ni tampoco alguien totalmente distinto a todo lo que aceptamos propiamente como humano. El niño es un ser impredecible, no se puede afirmar lo que puede no ser un niño. Cuando nosotros decimos: “quiero un niño que sea de este modo o de este otro”, ya estamos obrando como modelos para que este niño se transforme en un representante tipo de la especie humana. En este sentido de imitación, la televisión juega el papel de factor de condicionamiento y adaptación al modelo, ya que lo separa de la realidad en la que se encuentra para traspasarlo a uno ficticio y el desplazamiento en la conciencia infantil de la influencia de la presencia humana concreta.
El desarrollo como parte misma de la vida es un proceso de tensión: el asunto está en como integrar y resolver esas tensiones.
Inteligencia Musical
Gardner sostiene que la inteligencia musical es una manera de pensar con el sonido. Es un lenguaje que tiene sus propios derechos. Él lo considera universal, pues es compartido por la gente de todo el mundo.
¿Hay inteligencia musical antes del nacimiento? Según él los fetos oyen y aprenden lo que oyen.
En el año 1975 se tocaron canciones de cuna, entre ellas la de Brahms a prematuros de una enfermería. Este grupo aumentó de peso con más rapidez que los que no tuvieron contacto con la música. Michelle Clements (1977) en Londres tocaba selecciones de Vivaldi o Mozart a las mujeres embarazadas en un hospital. Esta música las relajaba, no así la música de Beethoven, Brahms o música Rock. Roberta Panneton cantaba una canción infantil todos los días a un grupo de embarazadas. Al nacer, los bebés prefirieron la canción conocida a las que no habían escuchado antes. Hay una anécdota sumamente interesante. Una mujer dio en adopción a su hija. Esta creció y cuando entró a la escuela y ya estaba en edad para elegir un instrumento musical eligió el saxofón. Con el correr del tiempo descubrió que su madre biológica había tocado el saxofón durante el embarazo. Gardner se maravilla de la inteligencia musical de los niños que están en contacto con la música. A partir de los 2 a 3 años los niños expuestos a la música pueden "tocar" sus propias piezas o las que crean, o imitan. La inteligencia musical es un modo de pensar con sonidos. ¿Hay inteligencia musical antes de nacer? Parecería que el niño por nacer oye en el vientre la música que se le canta y aprende lo que oye (Fridman, 1980).
La mayoría de los padres ignoran los métodos para enriquecer de una manera significativa el medio ambiente de su hijo recién nacido. También se sorprenden todavía al saber que ya desde las primeras horas de su nacimiento, el recién nacido puede ver, enfocar y seguir algunos objetos con la mirada. Oír y voltear la cabeza hacia donde escucha el sonido. Reconocer olores y sabores. Ser sensible a todos los estímulos que actúan sobre su piel. Responder con movimientos cuando lo conversan. Es decir, el recién nacido es capaz de relacionarse con respuestas no verbales desde el principio de su vida. No es necesario esperar a que sonría o haya mejor fijación visual para corresponder a sus intentos de comunicación. Los padres deben esforzarse en comprender su muy peculiar modo de responder desde el comienzo de su vida, como, por ejemplo, cuando se calla o se pone alerta si lo cargan en posición vertical.
Para ello, es preciso que los padres aumenten sus conocimientos acerca de las capacidades conductuales del bebé recién nacido en relación a los estímulos que perciben a través de sus sentidos: Visión, Audición, Tacto, Gusto, Olfato, Equilibrio. Son sus únicos instrumentos para iniciar su vinculación con las personas y ese desconocido mundo que los rodea desde el instante en que pasa del vientre materno al exterior.
VISIÓN
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Ve claramente a 25 cms. de su cara.
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Identifica a su madre alrededor del cuarto día.
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Puede seguir con la mirada algunos objetos cuando son desplazados entre 25 y 30 cms. de su cara.
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Puede ver y distinguir unos colores de otros.
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Puede ver figuras y escoger entre varias una de su preferencia.
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Percibe profundidad y objetos bi y tridimensionales. De hecho, el recién nacido de tres semanas prefiere figuras tridimensionales como cilindros, pirámides y cubos. Y de todos los dibujos geométricos prefiere el círculo.
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Fija su vista sobre un objeto durante un tiempo que puede variar entre 4 a 10 segundos. Pero después de ver por ejemplo, cuadros negros y blancos una semana durante tres minutos diarios, su atención puede incrementarse desde 10 segundos a 60 y hasta 90 segundos. Porque los recién nacidos realmente prefieren ver diseños en blanco y negro que colores brillantes o pasteles. El interés en estos dos colores que representan el máximo contraste, persiste hasta alrededor de dos meses de edad.
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Mueve sus ojos a pequeños saltos antes de escoger la figura que más le atrae, cuando se le presentan dos o tres alternativas.
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Algunos bebés escudriñan el ambiente moviendo la cabeza y otros movilizando solamente sus ojos.
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Cuando se ve un objeto muchas veces puede perder el interés por lo que hay que aumentar la complejidad del objeto a mirar. Pero teniendo cuidado de no hacerlo tan demasiado complejo que no lo entienda. Si hay demasiados detalles en que concentrarse se distrae. Incluso puede llorar, dormirse, mirar a otro sitio, o simplemente ignorarlo.
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Al mes es capaz de apreciar la sonrisa de un rostro en una foto blanco y negro de 20 por 25 cms. de tamaño.
AUDICIÓN
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Localiza sonidos desde el nacimiento volteando la cabeza hacia la derecha o hacia la izquierda buscando el sitio de donde provienen.
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A la semana reconoce la voz de mamá y papá.
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Diferencia sonidos verbales (voces) de sonidos no verbales (música, campanas, cascabeles, maracas, latido del corazón y otros sonidos).
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Prefiere sonidos sopranos y alegres que bajos y malhumorados.
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Le gusta oír la voz de sus padres, su nombre, arrullos, canciones, música clásica en particular, ruidos de papel al arrugarlo, campanas, risas, latido del corazón.
TACTO
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Puede diferenciar entre caliente y frío. Suavidad, firmeza, áspero y liso. Plano y acanalado. Pegajoso y resbaloso.
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Su mejor caricia es contacto de piel con piel.
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Las zonas de su cuerpo más sensitivas son: cara, palmas de las manos y plantas de los pies, columna vertebral y área genital.
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Los textiles pueden ser grandes estimulantes.
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Le gusta más el agua fresca (no helada) que caliente.
GUSTO
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Puede diferenciar entre dulce, salado y amargo
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Tiene preferencias entre distintos sabores.
OLFATO
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Puede distinguir entre el olor de su madre y la leche.
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Puede reconocer el olor de su madre en su ropa. Hay investigadores que refieren la importancia de que el bebé reconozca el olor de su mamá y de papá porque lo ayudan a saber a quien pertenecen.
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Es capaz de diferenciar entre olores que le gustan y olores que le disgustan.
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Le gustan los olores de la leche, de la ropa de mamá y papá, perfumes suaves, vainilla, canela, chocolate.
MOVIMIENTO
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Puede dirigir algunos de sus movimientos.
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Puede responder con movimientos cuando le conversan.
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Puede, desde las doce horas de nacido, imitar movimientos faciales como sacar la lengua, pestañear, abrir y cerrar la boca. Recordar que el rostro tiene que estar entre 25 y 30 cms. de su cara.
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Mueve los ojos y la cabeza inspeccionando los alrededores.
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Trata de alcanzar un objeto que se le enseñe a 25 cms de su cara, cuando lo cargan en posición vertical con los brazos libres.
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Se autoestimula con sus propios movimientos, pero puede estimularse también su sentido vestibular moviéndolo en el espacio.
La estimulación es un proceso natural, por la cual el infante sentirá satisfacción al descubrir que puede hacer las cosas por sí mismo. Mediante la repetición de diferentes eventos sensoriales, se aumentara el control emocional del infante desarrollando destrezas para estimularse a sí mismo a través del juego libre, de la exploración y de la imaginación. Durante la estimulación se ayudara al infante a adquirir y a desarrollar habilidades motoras, cognoscitivas y socio-afectivas; observando al mismo tiempo, cambios en el desarrollo. La estimulación temprana permitirá también incrementar día a día la relación amorosa y positiva entre los padres y el bebe.
El principal objetivo consiste en convertir la estimulación en una rutina agradable que vaya estrechando cada vez mas la relación madre-hijo, aumentando la calidad de las experiencias vividas y la adquisición de importantes herramientas de desarrollo infantil. Al mismo tiempo, se debe realizar de manera planeada, fundamentada y debe incluir planes sustentados en el desarrollo integral.
El bebé desde que nace, no cesa en su empeño por descubrir y conocer el mundo que le rodea. Despertar los sentidos del bebé (olfato, oído, vista y tacto) para que pueda percibir y relacionar estímulos entre sí, es ya un acto cognitivo y perceptivo que estimula sus capacidades intelectuales.
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A partir del tercer mes, el bebé muestra gran interés por investigar y explorar; sus habilidades motrices le permiten manejar mejor su entorno y clasificar sus percepciones.
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Al final del primer año, sus posibilidades motrices le abren nuevos campos de exploración. Es capaz de observar y atender con detenimiento lo que le interesa empleando bastante tiempo en ello. Es un buen momento para enseñarle las cosas, ya que demuestra buena disposición para el aprendizaje.
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El lenguaje es importantísimo, se le debe hablar permanentemente al niño, comentarle todo lo que se este haciendo, cantarle y leerles desde que nacen.
Se puede comprobar fácilmente la existencia de una estimulación natural entre el bebé y sus padres, cuando hay un buen diálogo corporal, contacto fluido desde la mirada, gestos, juegos y movimientos. La falta de estimulación es tan nociva como su exceso. La falta de estimulación en bebés los priva de desarrollar sus potencialidades psicofísicas, produciendo disminución en las funciones vitales. Por estudios comparativos, se han observado mejores resultados a través de tests de aptitud física, en bebés y niños que habían sido estimulados sensoperceptivamente, que en aquellos que no tuvieron la estimulación motriz adecuada.
Efecto de la música en la estimulación de bebes y niños
La psicóloga de la Universidad de Toronto, Sandra Trehub, trata de averiguar si el cerebro humano viene con un "software musical" preinstalado desde el momento del nacimiento o incluso antes, desde el quinto mes de gestación. En una prueba Trehub varía la altura del sonido el tiempo y el diseño melódico de la pieza y encuentra que los bebes son capaces de percibir los cambios.
Los resultados
Conocen los componentes musicales. Ellos reconocen que la melodía cuyo tiempo o altura varía es la misma que les habían mostrado antes, lo que sugiere que tendrían ciertos conocimientos de los componentes musicales.
Sonríen. Trehub encontró también que los niños sonríen cuando escuchan acordes de cuartas y quintas, es decir, con acordes o secuencias separados por cinco medios tonos como do y fa, o por siete medios tonos como do y sol. Por el contrario, los bebes detestan el trítono, en el cual dos notas están separadas por seis medios tonos, como es el caso de do y fa sostenido. El trítono se oye tan irresuelto e inestable que en la Edad Media se lo identificaba con "el demonio". Lo que parece ser una preferencia de origen biológico "puede explicar que, independientemente de las diferencian culturales y a trabes de los siglos, todos los pueblos hayan utilizado en su música las cuartas y las quintan exactas", dice la doctora Trehub.
Aparte de los bebes melómanos otro tipo de pruebas sugieren que el cerebro humano viene dotado de circuitos especiales para la música y que algunas formas de inteligencia son estimuladas por esta. Tal vez la evidencia más sorprendente de que existe en el cerebro una región especial para la música es que usualmente las personas pueden memorizar cantidades impresionantes de melodías y reconocer más. Por el contrario, solamente recuerdan fragmentos de algunos pasajes en prosa. Con todo, dice la psicóloga Isabelle Peretz, de la Universidad de Montreal "el cerebro parece estar especializado en música".
Grandes logros del estimulo musical
-Cálculo matemático-
El hallazgo más controvertido acerca de la mente musical es que el aprendizaje de la música puede ayudar a que los niños se desempeñen mejor en matemáticas. Cuando un investigador mencionó estos estudios durante un congreso en Nueva York, el auditorio estalló en risas. Sin embargo la relación entre música y matemáticas, documentada inicialmente en 1997 por Gordon Shaw, de la Universidad de California, y Frances Rauscher, de la Universidad de Wisconsin, se ha sostenido. Shaw comparó tres grupos de niños de segundo grado: 26 de ellos recibieron instrucción en piano y práctica con un juego de video matemático, a 29 se les dictaron clases adicionales de inglés, además del juego de video, y 28 no recibieron instrucción especial. Después de cuatro meses los niños con instrucción musical obtuvieron puntajes entre 15 por ciento y 41 por ciento superiores en un test sobre razones y fracciones.
-Reduce barreras socioeconómicas-
Este año Shaw informó que la música puede contribuir a reducir las barreras socioeconómicas. Comparó los alumnos de segundo grado del interior de Los Ángeles con alumnos de cuarto y quinto grado pertenecientes al adinerado vecindario de Orange Country, en California. Después de un año de estudios de piano dos veces por semana, los estudiantes de segundo grado obtuvieron puntajes igual de altos que los de cuarto grado que no estudiaron música y la mitad de los de segundo grado inclusive.
-Estados de ánimo y atención-
Aunque los niños con educación musical manifiestan mejorías generales en relación con el "estado de ánimo y la atención", como observa el psicólogo Martin Gardiner, de la Universidad de Brown, el gran avance se observa específicamente en matemáticas. Al fin y al cabo la música tiene que ver con proporciones, razones y secuencias, todo lo cual constituye un substrato del razonamiento matemático.
Francisco J. Ruíz Molina. 2006
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The Baby Einstein Company Home Page (información y textos recopilados con permiso de ESSENTIAL MINDS, S.A).